Versículos que podemos utilizar para fortalecernos en tiempos difíciles


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En la vida encontramos desafíos que pueden parecernos como grandes montañas para escalar. Un sinfín de inconvenientes puede aquejar nuestra vida de manera abrupta y abrumadora. Son muchas las dificultades que enfrentamos a través del tiempo como problemas económicos, muerte de un ser querido, enfermedades etc., ¡pero qué bueno saber que no estamos solos!. Dios nos acompaña y alienta en cada momento de nuestra existencia.

Versículos que podemos utilizar para fortalecernos en tiempos difíciles 1

En la biblia podemos encontrar mensajes de ánimo que pueden consolarnos en momentos de dificultad. A través de estas enseñanzas, recibimos palabras que nos confortan en momentos muy puntuales. Estas palabras nos levantan de nuestras cenizas para seguir adelante, aferrándonos solo en aquel quien envió a su hijo amado a entregar su vida por amor a nosotros. Veamos algunos de estos versículos que pueden confortar nuestra alma.

Dios nunca nos desampara

Poner nuestra confianza en el Señor es contar con la seguridad de tener su protección indudable en todas las cosas. No debemos angustiarnos, porque nunca estaremos solos ya que ninguna prueba es más grande de lo que podamos resistir. Enfocarnos en la grandeza y poder que solo Dios tiene, es asegurar la victoria sobre cualquier obstáculo por más grande que nos parezca.

En Isaías 41:10 el Señor nos enseña que no debemos temer, ya que Él estará con nosotros, no debemos desmayar porque Él será nuestra fortaleza y siempre nos ayudará. Siempre nos sustentará con la diestra de su justicia.

Dios es todo amor

En Nahum 1:7 se nos dice que el Señor es bueno, es nuestro refugio en el día de angustia y conoce a los que en Él confían. Debemos poner nuestra confianza en el Señor, sin dudar de su amor y bondad infinitos, solo estar seguros de su cuidado y protección.

Aún cuando el Señor consiente que sucedan situaciones difíciles en nuestras vidas, tenemos la posibilidad de guarecernos en sus brazos y confiar en sus bondades. Sus promesas de compañía estarán con nosotros todos los días de nuestra vida, aún hasta el fin del mundo. Descansar en sus promesas y en su profusa ternura nos dará paz y consuelo en momentos difíciles.

La paz de Dios es abundante

Dios nos da su paz no como la da el mundo sino a su manera especial. Así lo dice Juan 14:27 en donde con claridad se nos recuerda que nuestros corazones no deben estar turbados ni temerosos, ya que el Señor será nuestra garantía  de paz y tranquilidad.

Por lo general, cuando escuchamos hablar de paz tendemos a pensar que se refiere a la ausencia de conflictos o problemas. Sin embargo, el concepto “Shalom” que se menciona en la biblia abarca un significado mucho más profundo que eso. Significa estar en total bienestar, y ese bienestar se alcanza confiando en aquel que todo lo puede, en Dios nuestro Padre. Aprendamos a reposar en sus promesas y en sus brazos de amor.

Somos preparados por Dios para obtener la victoria

Con su ayuda celestial, Dios nos llena de sus mejores armas para enfrentar las situaciones diarias. Como hijos de un Padre amoroso que todo lo puede debemos ser valientes, fuertes y aprovechar los instrumentos que pone en nuestras manos para actuar con firmeza.

Teniendo este conocimiento podremos estar llenos de su poder y amor para actuar en momentos muy específicos de la vida. En 2da de Timoteo 1:7 se nos dice que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder y de dominio propio. En medio de todas las dificultades tenemos la necesidad de usar el dominio propio, nuestras emociones no deben sobrepujar a nuestros actos. Con calma y determinación, obtendremos la victoria y Dios nunca nos fallará.

Si estás preparado, podrás soportar

Somos hijos de un Padre Celestial poderoso y como tales tenemos atributos que se nos dieron para vencer sobre cualquier obstáculo. Dios nos ha dotado de lo que necesitamos para resistir y vencer nuestras pruebas y tentaciones. Somos precisamente nosotros mismos quienes estamos en la responsabilidad de aprender a utilizar las herramientas que se nos han dado en las escrituras y así vencer.

Tal como lo dice Efesios 6:13, en donde se nos ratifica que debemos estar preparados, al recordarnos que debemos tomar toda la armadura de Dios, para que podamos resistir el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

Dios escucha nuestras oraciones y nos ayuda

Siempre debemos tener presente que Dios escucha nuestras oraciones, ninguna de ellas se escapa de su oído. En  ocasiones,  olvidamos invocar el nombre de Dios en medio de nuestros desafíos y pruebas diarias. Los problemas que nos arropan y las amenazas que nos rodean nos hacen distraernos. Sin embargo, en la medida que invoquemos el nombre de Dios, Él nos escuchará con atención y nos ayudará.

Nos recuerda que la vida de todos nosotros está bajo su voluntad y por medio de Él podremos ser salvos de las asechanzas del mundo. En Salmos 55:16-18, se nos describe esta afirmación al recordarnos que Jehová nos salvará y al atardecer, por la mañana y al mediodía podremos clamar a Él. El Señor escuchará nuestra voz y redimirá en paz nuestras almas de cualquier guerra  contra nosotros, pues habrá muchos en nuestra contra.

Reconocer el poder de Dios en todas las cosas

A pesar de lo grandes y difíciles que puedan parecer las cosas podemos tener la seguridad que Dios es mucho más grande y poderoso que cualquier inconveniente. Como creador de todo lo que vemos, reconoce todo lo que sucede. Es por ello que en Isaías 40:26 se nos recuerda que Él ha creado todas las cosas.

El profeta Isaías enseña que tenemos que alzar la vista al cielo y preguntarnos ¿Quién ha creado todo esto? Dios, quien saca en orden sus huestes y a todas llama por su nombre, por la grandeza de su vigor y el poder de su  fuerza ninguna faltará. Al tener la vista puesta en su grandeza, en su maravilloso poder y en su infinita omnipresencia, estaremos más preparados para que no nos atormenten las vicisitudes y nuestra confianza en Él pueda ser afianzada.

Nuestro enfoque en Dios

Con la mira puesta en la meta continuaremos avanzando sin mirar hacia atrás. Debemos olvidar los errores del pasado y mirar lo que tenemos adelante, nuestras metas terrenales y la gran meta de la  vida eterna con Dios y  Jesucristo. En Efesios 3:13-14 se nos dice que la gran meta, el premio mayor, el premio del supremo llamamiento de Dios debemos alcanzarlo sin desenfocarnos. Todo depende de cada uno de nosotros poder alcanzarlo con determinación y fe para que de esta manera, nuestro Padre Celestial nos allane el camino y podamos llegar triunfantes a la meta que nos propusimos.

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