Versículos de Fortaleza Espiritual


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Existen situaciones en la vida en las que todos nos hacemos preguntas. Experimentamos sentimientos encontrados y creemos que no podemos continuar. Pero a través de la biblia podremos encontrar ánimo para seguir adelante a pesar de las vicisitudes que enfrentamos en nuestro camino diario. A continuación compartiremos algunos pasajes de las escrituras que pueden ayudarnos a sobrellevar las cargas del día a día. Meditemos en estos versículos de Fortaleza  y dejemos que Dios obre en nuestra vida. Siempre recordemos, que nunca estaremos solo.

Versículos de Fortaleza Espiritual 1

Nunca sintamos temor

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. (Isaías 41:10)

Es reconfortante saber que el Señor nunca nos abandona. No sintamos temor ni angustia, Dios siempre nos acompaña, nos da la fortaleza que necesitamos y nos brinda toda su divina ayuda. Si ponemos nuestra confianza en Él, nos sostendrá y obtendremos la victoria.

Dios nos promete estar a nuestro lado

 “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”. (1 Timoteo 6:12)

Aquí tenemos un gran versículo de fortaleza, vivir la vida significa reconocer que luchamos en una batalla diaria para alcanzar nuestra felicidad. En las batallas los guerreros tienen su vista puesta en su objetivo, en salir victoriosos de ellas. Necesitamos mantener nuestra vista puesta en la vida eterna. Nunca permitamos que las luchas y desafíos de la vida sirvan de distracción a tal punto que nos hagan olvidar nuestra fe en Jesucristo. Podemos obtener la victoria y la vida eterna a través de Él.

Dios es la fuente de nuestro mayor auxilio

“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida y se deslicen los montes al fondo del mar; aunque bramen y se turben las aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”. (Salmos 46:1-3)

Nuestra fe en Dios aun en medio de las más difíciles situaciones no debe ser quebrantada. El desconcierto no debe tomarnos como sus rehenes, al contrario debemos sacar la fuerza del Señor para afrontar los retos de la vida. Nuestro Señor nos fortalecerá y nunca nos abandonará aun cuando sintamos que a nuestro alrededor todo se derrumba. No olvidemos que Él es nuestro mejor amparo.

Dios es el bálsamo que regenera nuestras flaquezas

“Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes ciertamente caen; pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán”. (Isaías 40:30-31)

La fuerza del Señor es mayor que nuestras fuerzas físicas. Sin importar que edad podamos tener siempre habrá un momento en que nuestros cuerpos pedirán descanso, como seres humanos esto es normal. Pero que reconfortante es saber que a pesar de nuestras debilidades, podemos levantar vuelo gracias a las fuerzas que provienen de Dios. Es una ayuda sin igual que nos permite levantarnos y continuar.

 Leer, meditar y obedecer

“Este libro de la ley nunca se apartará de tu boca, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito, porque harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”. (Josué 1:8-9)

Inunda tus pensamientos de la palabra de Dios, no dejes que los avatares de la vida sean más grandes de lo que realmente son. Medita en las escrituras, obedece la palabra del Señor que está en ellas y déjate guiar bajo su dirección. Llenar tus pensamientos de la palabra de Dios hará que tengas una actitud diferente y sentirás la presencia de Dios doquiera que vayas.

Si estás preparado, resistirás el día de prueba

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. (Efesios 6:13).

Nuestro Padre Eterno en su gran sabiduría nos da todo lo necesario para obtener la victoria sobre nuestras pruebas. Nunca nos probará más de lo que podamos resistir, es su promesa. Nosotros somos quienes debemos aprender a solicitar su ayuda y utilizar todo lo que requerimos de la mejor forma. Las indicaciones y el camino que nos proveyó a través de las escrituras son las brújulas que nos deben dirigir. Su amor y guía estarán con nosotros aun en los momentos más difíciles.

Con Dios siempre habrá compañía

“Y Jehová es el que va delante de ti; él estará contigo no te dejará ni te desamparará; no temas ni te intimides”. (Deuteronomio 31:1-2)

Fieles aquellos que siempre tienen la compañía del Señor, porque son sus buenas obras las que les hacen disfrutar de su compañía. Debemos tener la certeza que en medio de nuestras luchas diarias Dios no se aparta ni se esconde, al contrario va a nuestro lado para apoyarnos, sostenernos y bendecirnos. Siempre luchando nuestras batallas junto a nosotros, porque Él es la roca de salvación y el puerto seguro.

El Señor siempre está dispuesto para nosotros

“Torre fuerte es el nombre de Jehová; a ella corre el justo y está a salvo”.  (Proverbios 18:10)

Si sentimos que no podemos con nuestros propios problemas y la desesperanza se apodera de nosotros, debemos acudir a la verdadera fuente de compañía. El Señor estará con sus brazos abiertos para proveer la ayuda, protección y amor que precisamos. Nunca debemos dudar de su amor, protección y cobijo en ninguna época de nuestra vida.

La protección del Señor siempre estará con nosotros

“Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te herirá de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”. (Salmo 121:5-8).

Doquier nos encontremos el Señor nos amparará y no nos fallará. De día y de noche, en caminos de luz o tinieblas siempre estará a nuestro lado para apoyarnos y bendecirnos. Solo debemos seguir sus mandamientos para sentir su compañía constante y oportuna.

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