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Continuamente nos preocupamos por el porvenir y por eso cada día al despertar podemos tener la incertidumbre de cómo transcurrirá ese día. Es como si el porvenir dependiera de nosotros u obedeciera a quienes nos rodean o a las cosas que nos circundan. Cuando pensamos así estamos colocando a Dios a un lado, olvidándonos prácticamente de Él.
En todo momento, y de forma particular al empezar un nuevo día, debemos tener en mente la presencia de Dios y entregando en sus manos todas las acciones a ser emprendidas durante esa jornada, seremos bendecidos por Él. Este positivo proceder viene señalado en múltiples ocasiones en diversos pasajes bíblicos, en los que encontramos verdadera orientación para que sintamos que el día que empieza es el mejor que hayamos vivido.
Comenzar el día con confianza y tranquilidad en Dios
Debemos expresar al Creador la plena fe y confianza que le tenemos, haciéndolo con la mayor alegría. En este sentido debemos encomendarle nuestra salud y nuestros trabajos, negocios y proyectos procurando que en estos aspectos nuestras actividades no perjudiquen a nadie. Confiando en Dios y haciendo el bien se puede estar tranquilo (Salmo 37: 3-5).
En Isaías 40:31 podemos encontrar expresiones de una profunda y verdadera confianza en el Señor al encomendarle nuestros quehaceres diarios. Teniendo la confianza de recibir de parte de Dios todo lo necesario para el efectuar nuestras labores, en instantes de desorientación o cansancio podemos acudir a su ayuda para reemprender con entusiasmo nuestras tareas.
La lucha diaria es con la ayuda y el cuidado del Señor
Dios nunca nos abandona ni nos deja solos, siempre estamos bajo su mirada y cuidado. Cuando tememos enfrentar situaciones humanamente insostenibles no debemos desanimarnos, porque siempre estará allí a un paso nuestro, ayudándonos a soportar la dificultad y dándonos fortaleza; por tal motivo, no debemos desmayar, sino entregarle los problemas a Dios, tal como lo dice el Salmo 68:19.
Durante cada segundo de nuestras vidas siempre Dios está atento a nuestro proceder para ayudarnos a seguir un camino recto sin caer en asuntos incorrectos, convirtiéndose en nuestro guía. Su sabiduría y amor por nosotros es suficiente motivo para que nos entreguemos a su cuidado, estando consientes que como dice el Salmo 121: 3 “El camino que Dios tiene para nosotros es siempre el mejor”.
Ayuda bíblica para encomendar nuestro día a Dios
Al momento de iniciarse el día y durante el transcurso del mismo se debería buscar momentos para realizar breves lecturas de la Biblia, lo cual se facilita si previamente conocemos cuáles se refieren al disfrute de un buen día al lado del Creador.
En este sentido el muy recomendable el Salmo 37: 23-24, a través de cual podemos expresar a Dios nuestro aspiración de agradarle siempre, solicitándole que nos ayude a ser fiel y que nos levante en caso de fallar. De igual manera, al pronunciar el Salmo 37: 5 pedimos al Señor que nos sostenga y que obre en nuestro favor siempre pero especialmente en este día, agradeciéndole por estar en sus manos nuestro porvenir.
Cada día debemos pedir y esperar en Dios con la seguridad de recibir su ayuda para vencer las dificultades que inevitablemente se puedan presentar durante el día, solicitándole que elimine nuestras dudas sabiendo que su poder y su amor son ilimitados (Marcos 9: 23).
El evangelista Mateo nos habla de no darle importancia al porvenir, diciendo que no debemos preocuparnos por el día de mañana, porque cada día presente tiene sus propios problemas que ocasiones son bastantes (Mateo 6: 34).
Mientras que leyendo Lamentaciones 3: 22-23 comprendemos que la compasión y el amor de Dios son inagotables, que su bondad y misericordia está todos los días con nosotros y que el presente día no es la excepción porque Dios jamás nos defraudará.
Siempre es bueno el propósito de Dios
No existe duda que los objetivos de Dios siempre están llenos de bondad y de amor. Teniendo fe y amor en Dios nuestro particular plan de vida no escapa a estos designios, aun cuando en oportunidades no entendemos el por qué suceden algunos hechos, debemos tener la seguridad que nuestro futuro está en poder de Dios a través de su misericordia (Jeremías 29:11).
El Creador siempre nos otorga lo mejor; sin embargo, con la capacidad finita de nuestra mente es imposible comprender la grandiosidad de su amor y su bondad, que se traducirá en infinitos beneficios celestiales durante la eternidad. Por eso cada día debemos pedirle a Dios que nos otorgue entusiasmo, ánimo y fortaleza para desenvolvernos cada día (Corintios 2: 9).
Ante las dificultades que puedan presentarse a diario, Dios siempre estará a nuestro lado sosteniéndonos para no caer (Salmo 55: 22). Debemos poner en sus manos nuestras dificultades y ansiedades del día, dándole gracias por su apoyo continuo y por darnos fuerzas para continuar, aun en momentos de flaqueza espiritual que es cuando Él nos levanta, nos sostiene y ayuda a caminar hacia la verdad.
Efectividad de la Biblia para animar el día
En general, la lectura de la Biblia si se realiza con fe tiene en nuestras vidas un efecto sanador muy real. Esto puede no conseguirse en razón que en casos frecuentes la lectura se hace mecánicamente sin concentración y sin ningún ápice de amor y entrega a Dios.
La Biblia compendia la palabra de Dios, bien sea la trasmitida directamente por el propio Jesús y escrita por los apóstoles y discípulos, o bien sea la correspondiente a revelaciones divinas recogidas por los profetas y escogidos previo a la venida del Hijo de Dios. En todo caso, ella contiene variedad de escritos o versículos que conceden ánimo y esperanzas a quien los lee, teniendo la certeza que podemos confiar en lo que allí se dice porque son enseñanzas que proceden directamente de Dios.
Seguridad en Dios
Podemos sentirnos seguros en Dios (Isaías 25: 1) ya que Dios tiene un futuro para cada quien (Salmo 16: 5). Es decir, que siempre podemos confiar en Él y estar seguros de su amor infinito, de allí que es importante siempre detenernos y reflexionar sobre todo lo bueno que Dios nos ha otorgado, con lo cual robustecemos nuestra fe y reconocemos su fidelidad hacia nosotros.
Todo lo anterior ha estado permitido por el Creador tiene metas positivas para aquellos que creen en su palabra, por eso todo lo que nos da siempre es bueno, aun cuando para la razón humana no lo sea así. Por momentos sentimos desesperanzas en Él y podemos caer en desesperación, pero se debe comprender que son etapas necesarias para lograr la bendición definitiva.
Por eso, cada día debemos acercarnos a Dios entregándole nuestro diario proceder por medio de las sabias lecturas de la Biblia, con la seguridad que aun en medio de tormentas, el día será bendecido por el Señor.