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En cada período de la era humana, nuestro Padre Celestial nos ha enseñado por medio de buenos hombres a los cuales él ha escogido como profetas, quienes a su vez nos han enseñado, que todos somos libres de escoger entre lo bueno y lo malo y actuar conforme a nuestra voluntad, dándonos así el albedrío el cual es el poder de decidir. Tenemos la oportunidad de elegir la libertad y la vida eterna al seguir a nuestro Salvador Jesucristo; también podemos elegir el cautiverio y la muerte al seguir al ser de toda perdición, es decir a Satanás.
Nuestras decisiones determinan nuestro destino y por ende uno de tantos propósitos de nuestra vida mortal es saber a dónde queremos ir y donde queremos estar demostrando qué tipo de decisiones tomaremos.
Nos sentimos más felices cuando tomamos decisiones correctas por nosotros mismos que cuando se nos obliga a hacerlo.
Antes de estar en este mundo vivíamos con Dios, en la vida pre terrenal, Dios nos dio el albedrío para decidir desde el principio y fue uno de los motivos principales del problema entre los siguieron a Cristo y los que fueron detrás de Satanás.
En la vida decidir es la prueba y por esa razón venimos a este mundo para demostrar a quien seguimos.
La única manera de demostrar nuestro amor es con actos sinceros , para ello es necesario tener la oportunidad de decidir, Dios nos a concedido ese privilegio y de esa manera demostrarle nuestro amor y agradecimiento a él con buenas decisiones que demuestren nuestra fidelidad sin ser obligados a hacerlo.
La verdadera libertad está en saber decidir, cuando decidimos lo correcto realmente podemos decir que somos libres , sentimos verdadero gozo y recibimos las bendiciones de Dios.
Por lo tanto la libertad es un deseo humano básico. Mientras que la Biblia habla a menudo de libertad, su enfoque se relaciona con mayor frecuencia con la libertad espiritual que una persona puede experimentar en Cristo.
Primero
La libertad en Cristo se ve en contraste con la esclavitud del pecado.
Romanos 6: 20-23 dice:
«Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. ¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte! Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.»
En otras palabras, el pecado esclaviza a las personas a la muerte espiritual y a la eternidad apartados de Dios. Conocer a Cristo proporciona libertad del control del pecado y la vida eterna con él.
Segundo
La libertad en Cristo se ve como la única forma verdadera de libertad, porque proporciona una libertad duradera más allá de esta vida.
Juan 8:36 señala: » Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.»
Tercero
Una persona que ha experimentado la verdadera libertad en Cristo está llamada a vivir como su siervo.
El apóstol Pablo fue un ejemplo de esto, ya que muchas de sus cartas comenzaron con la presentación de sí mismo como un «siervo de Cristo Jesús» . Somos libres para servir a Cristo. Esto parece una paradoja para el no creyente, sin embargo, la libertad que se encuentra en Cristo le da al creyente el deseo de vivir para Cristo como un siervo. Esta actitud refleja la actitud mostrada por Jesús mismo durante su tiempo en la tierra (Juan 13: 1-20, Filipenses 2: 5-11).
Cuarto
Aquellos que encuentran libertad en Cristo también se vuelven Sus hijos.
Juan 1:12 enseña: «Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.»
Gálatas 4 también lo indica, ahora somos hijos y herederos de la herencia de la vida eterna con Cristo por la eternidad.
Para resumir, experimentamos la verdadera libertad en Cristo al conocerlo, caminar en Sus caminos y comprometernos con los cambios que hace en nuestras vidas a medida que nos enfocamos en el servicio a Él y a los demás. Esta libertad trasciende las libertades humanas deseadas en este mundo, proporcionando paz en esta vida y libertad con Cristo para siempre.
Quinto
Nuestro Padre Celestial desea en gran manera liberarnos de todos nuestros miedos y temores, Él no quiere que vivamos encadenados por ellos. Él ha colocado un potencial divino en cada uno de nosotros y espera que lo usemos para su gloria. De la misma manera que el salmista David, nosotros podemos experimentar la libertad de Dios al buscar su rostro y su presencia, experimentando tiempo con él y dejando que nos llene con su Espíritu Santo.
Salmo 34:4 nos enseña: Busqué al Señor , y él me respondió , me libró de todos mis temores.
Sexto
Isaías 53 enseña que : El Salvador Jesucristo llevó sobre él toda nuestra culpa, nuestro pecado y condenación al morir en la cruz . Gracias a su muerte y su resurrección es que somos limpios de todo pecado. ¡Solo tenemos que aceptarlo! En él tenemos la oportunidad de un nuevo comienzo aquí y la seguridad de la vida eterna.
Séptimo
Las sagradas escrituras hablan del día de la ira de Dios. En ese día Dios juzgará el pecado, la desobediencia y toda rebelión contra él. A Pesar de todo, él mismo proporcionó la solución para que nos libremos de su ira. El Salvador Jesucristo!!! a través de él recibimos el perdón de nuestros pecados y el favor de Dios.
Ese es el destino que Dios desea para cada ser humano! Jesús ya sufrió nuestro castigo en la cruz, y gracias a él gozamos de salvación y perdón.
Colosenses 1:13-14 nos dice: Porque El nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados.