Salmo 7: Acusado Falsamente


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Jehová Dios mío, en ti he confiado;
Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame,
Sal 7:2 No sea que desgarren mi alma cual león,
Y me destrocen sin que haya quien me libre.
Sal 7:3 Jehová Dios mío, si yo he hecho esto,
Si hay en mis manos iniquidad;
Sal 7:4 Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo
(Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo),
Sal 7:5 Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela;
Huelle en tierra mi vida,
Y mi honra ponga en el polvo. Selah
Sal 7:6 Levántate, oh Jehová, en tu ira;
Alzate en contra de la furia de mis angustiadores,
Y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
Sal 7:7 Te rodeará congregación de pueblos,
Y sobre ella vuélvete a sentar en alto.
Sal 7:8 Jehová juzgará a los pueblos;
Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia,
Y conforme a mi integridad.
Sal 7:9 Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo;
Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.(A)
Sal 7:10 Mi escudo está en Dios,
Que salva a los rectos de corazón.
Sal 7:11 Dios es juez justo,
Y Dios está airado contra el impío todos los días.
Sal 7:12 Si no se arrepiente, él afilará su espada;
Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
Sal 7:13 Asimismo ha preparado armas de muerte,
Y ha labrado saetas ardientes.
Sal 7:14 He aquí, el impío concibió maldad,
Se preñó de iniquidad,
Y dio a luz engaño.
Sal 7:15 Pozo ha cavado, y lo ha ahondado;
Y en el hoyo que hizo caerá.
Sal 7:16 Su iniquidad volverá sobre su cabeza,
Y su agravio caerá sobre su propia coronilla.
Sal 7:17 Alabaré a Jehová conforme a su justicia,
Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.

對誣告陷害說“不”!十堰為37名遭誣告幹部正名,12名誣告者受處分– sa123

David tuvo que confrontar dura oposición de varios benjamitas (1 Samuel 24-26; 2 Samuel 16:5). El salmista pide la vindicación de su inocencia ante las calumnias falsas; el Salmo muestra su conciencia limpia y el gozo de su fe.

Dios mío, en ti he confiado  7:1

  1.     Es razonable confiar en Dios, más que temer a cualquier poder terrenal.
  2.     Es razonable confiar en Dios porque ello significa rechazar el mal.
  3.     Es razonable confiar en Dios, porque hay provecho en sufrir por el bien.
  4.     Es razonable confiar en Dios, porque el placer del camino mundano es temporal.
  5.     Es razonable confiar en Dios, porque ninguna garantía temporal es de valor si conduce al fin a una pérdida eterna.
  6.     Es razonable confiar en Dios, porque el sufrimiento con y a causa de Cristo, es un privilegio seguro.
  7.     Es razonable confiar en Dios, porque la visión actual que nos proporciona la fe es ya una recompensa para cualquier sufrimiento o pérdida.

  1. Petición de socorro, vv. 1, 2

Muchos salmos surgen de una crisis; pero el salmista siempre acude a Dios con confianza. En ti me he refugiado: la misma declaración de fe, amor y confianza se nota al principio de los Salmos 11, 16, 31 y 71. El peligro es real, el enemigo quiere destruir su vida, si Dios no actúa.

  1. Juramento de inocencia, vv. 3-5

Esta estrofa presenta un “juramento de inocencia”: “si hice tal pecado, que yo reciba tal recompensa”. Es una especie de auto imprecación. Parece que tiene su origen en una costumbre de los procesos jurídicos en que invocaban la maldición de los dioses (o de Dios). Después se usa como forma de literatura poética para destacar la inocencia como se nota en Job 31 donde la forma se usa para exponer las normas éticas más elevadas del AT.

Esto (v. 3) se refiere a las calumnias que hizo el benjamita. Lo demás de los vv. 3 y 4 refleja las falsas acusaciones contra el salmista, le acusaron de soborno y de venganza malévola. La estrofa termina con Selah, seguramente preparándose para la petición que sigue.

Sobre la oración cotidiana 2 Samuel 7: 1-17

Los Salmos, además de ser el más hermoso de los himnarios de alabanza, es el devocional más inspirado de toda la literatura universal, el libro por excelencia de la oración, cuyas estrofas permiten al creyente alcanzar experiencias y sentimientos espontáneos de súplica, lamento, arrepentimiento, fe, confianza, gratitud, alabanza, adoración.

La oración es la expresión más profunda y delicada del creyente en el Señor, expresión privilegiada del encuentro y diálogo entre el hombre y Dios en su relación diaria en el correr de las horas.

El Talmud narra cómo en cierta ocasión los discípulos del rabí Simeón Ben Jochai (unos 150 a. de J.C.), le preguntaron por qué el maná no había caído del cielo de una sola vez, en lugar de caer cada día.

Como muchos rabinos, respondió también con una comparación. Un rey tenía un hijo y le daba una vez al año todo el alimento necesario, y así el hijo iba una sola vez al año a saludar a su padre y darle las gracias.

El padre decidió darle cada día lo necesario, y en adelante el hijo iba todos los días a saludar a su padre y a darle gracias cada día por el bien recibido.

Nosotros, como hijos del Padre celestial, oramos cada día, y nos comprometemos en nuestras tareas humanas, pero también agradeciendo cada día sus innumerables bendiciones.

  1. Pedido para que Dios actúe, vv. 6, 7

El salmista, consciente de su inocencia, pide que Dios haga justicia. Enfatiza el pedido con cuatro verbos: levántate (Mateo 3:7), alzate, despierta y has ordenado (algunos traducen: “¡Despierta, mi Dios, declara juicio!”). La oración es el recurso del hombre de Dios; no toma venganza en sus propias manos sino somete el asunto a Dios.

El v. 7 es difícil; el salmista relaciona el juicio de su caso con el juicio general. Visualiza a todos los pueblos reunidos para el juicio. Entonces, Dios vuelve a sentarse arriba en la silla del juez. A la luz del NT, el cumplimiento más pleno se hará en Cristo.

  1. Dios es el que juzga, vv. 8, 9

El salmista sigue relacionando su caso con el juicio general, que ya sabemos será con Cristo en el futuro. El que está en comunión con Dios, como el salmista, no teme el juicio.

El v. 9 indica que el salmista tiene una visión más amplia que sólo su propio caso; desea que se juzgue la maldad y que se establezcan los justos; quiere el reino de justicia en la sociedad. Sólo Dios puede conseguirlo porque él conoce los corazones y las conciencias.

  1. Dios es juez justo, vv. 10, 11

Todo lo demás del Salmo constituye una alabanza a Dios que es justo y lo va a vindicar. Y puede alabar con gozo porque sabe que Dios es su escudo (Ma 5:12), su protección.

  1. Las consecuencias del pecado, vv. 12-16

Dios quiere el arrepentimiento, esto cambiaría todo el rumbo de lo que sigue. El no arrepentido puede esperar tres consecuencias: 1) tiene que confrontar a Dios personalmente (v. 13); 2) su mal engendra más maldad (v. 14); y 3) el pecado trae su propio castigo (vv. 15, 16).

  1. Voto de alabanza, v. 17

Otra vez el gran pero. Dios hace la diferencia, revierte la tendencia maligna. El salmista ya cuenta con la respuesta de su petición en el v. 6, así termina con confianza y alabanza. (Para la estructura de las súplicas individuales, Sal. 22.)

Pensamiento  “Exige mucho de ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.”

Confucio

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