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El arrepentimiento sincero es más que un mero sentimiento, es un actuar de manera correcta según los designios de Dios. Es moldear los pensamientos a su figura, al mismo tiempo que se recibe de Él, la paz, el perdón, y la redención. Al pensar según la Palabra de Dios la existencia del ser humano se alinea con su Palabra y se anda entonces por el camino correcto.
En la Biblia existen grandes ejemplos de personas que cometieron terribles pecados y al conseguir un arrepentimiento sincero, de todo corazón, obtuvieron el Perdón de Dios y nacieron de nuevo.
Veamos que nos dice el Salmo 51 acerca del arrepentimiento
“Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente”. (Salmo 51:1-3)
Este salmo fue escrito por el rey David después de haber cometido adulterio con Betsabé, e indirectamente haber asesinado a quién era su esposo para quedarse con ella. Ante los ojos de Dios su pecado fue grave.
Al David tomar conciencia de ese terrible pecado, él arrepentido de todo corazón dirige esas Palabras al Señor, implorando su gran compasión. Pues así como él se humilla pidiendo clemencia por sus pecados, así debe actuar cada persona en el mundo, a pesar de que sus pecados les traiga consecuencias. Lo importante es lograr estar en paz con Dios.
La gran culpa que sentía David en su alma no lo dejaba estar en paz con Dios ni consigo mismo, pero su arrepentimiento fue tan profundo que logró el perdón de Dios y su alma y todo su ser fue purificado.
Los seres humanos están sometidos a diario a un proceso de crecimiento espiritual, donde debe morir al pecado y vivir por el espíritu, necesitando ser Lavados a profundidad por la Palabra de Dios y así poder vencer su naturaleza inclinada al mal.
“Contra ti he pecado, y solo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas. Por eso tu sentencia es justa; irreprochable tu juicio.”(Salmo 51:4)
Este versículo muestra una importante declaración, pues David a pesar de haber cometido su pecado contra Urías, Betsabé y hasta contra su propio cuerpo; Su dolor más profundo era el haber actuado en contra de los designios de Dios.
Esto demuestra que Dios era la prioridad en la vida de David. Así que si tú realmente deseas tener y mantener una vida agradable a Dios, debes mantenerte en amistad íntima con Él.
“En verdad soy malo desde que nací; soy pecador desde el seno de mi madre”. (Salmo 51:5)
Todo ser humano nace con la mancha del pecado original, esto trae consigo el tener una naturaleza pecaminosa, la inclinación de manera natural a lo corrupto, y esto cambia sólo cuando impulsados por el Espíritu Santo se nace de nuevo, y se es regenerado en su nueva naturaleza.
“En verdad, tú amas al corazón sincero, y en lo íntimo me has dado sabiduría”. (Salmo 51:6)
La Palabra de Dios enseña realmente “la verdad en lo más íntimo”. Pues es sólo Dios a quien debes servir y adorar de todo corazón, es sólo Él quien puede transformarte, ayudarte y utilizarte con todo su poder.
La intimidad personal que logres tener con el Señor, es definitivamente, la verdadera condición para estar siempre en su presencia. Pues “La verdad en lo íntimo” es el tesoro con más valor en cuanto a la vida espiritual.
“Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Lléname de gozo y alegría; alégrame de nuevo, aunque me has quebrantado. Aleja de tu vista mis pecados y borra todas mis maldades. Oh Dios, ¡Pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel! No me apartes de tu presencia ni me quietes tu santo espíritu. Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sostenme con tu espíritu generoso, para que yo enseñe a los rebeldes tus caminos y los pecadores se vuelvan a ti”. (Salmo 51:7-13)
David utiliza la figura del hisopo, para pedir a Dios que le purificara, ya que este era usado en la pascua para rociar la sangre del cordero, y en el antiguo testamento se usó para rociar el agua purificada del sacerdote.
Como creyentes es recomendable que dediques tiempo al encuentro con Dios, para reconocer los pecados y pedir perdón por ellos. Y de esta manera ser purificados y rociados con la sangre de Cristo. Como símbolo de regeneración del espíritu debes buscar la confesión y el arrepentimiento. Y de ésta manera el espíritu Santo no te abandonará.
Además en estos versículos David, gracias a sus pecados, sentía la incapacidad de ser ejemplo o de predicar a los pecadores las verdades de Dios, por eso buscaba ser limpiado y restaurado en su interior. Pues al estar en comunión con Dios eres eficaz al predicar su Evangelio.
“Líbrame de cometer homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación, y anunciaré con cantos que tú eres justo”. (Salmo 51:14)
Con este versículo se demuestra que es necesario buscar la confesión pero además confesar de manera específica el pecado cometido. David con estas palabras pide perdón por su pecado de homicidio, puesto que en cierto modo mandó a matar a Urías, quien era esposo de Betsabé.
“Señor, abre mis labios, y con mis labios te cantaré alabanzas. Pues tú no quieres ofrendas ni holocaustos; yo te los daría, pero no es lo que te agrada. Las ofrendas a Dios son un espíritu dolido; ¡tú no desprecias, oh Dios, un corazón hecho pedazos! (Salmo 51:15-17)
Por la gracia de Dios los pecados son perdonados. No porque simplemente eres bueno. El ser restaurado del pecado lleva a la alabanza a Dios, por agradecimiento al perdón, y a la alegría y el gozo de obtener la salvación.
El corazón verdaderamente arrepentido nunca será despreciado por Dios. Ten en cuenta en todo momento que reconociendo que eres débil, serás fuerte en el Señor.
“Haz bien a Sión, por tu buena voluntad; vuelve a levantar los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios requeridos, las ofrendas y los holocaustos; entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar”. (Salmo 51: 18-19)
David en estos versículos pide a Dios su bendición para toda la nación, ya que siendo el rey, los pecados cometido por su persona afectaría de igual manera a su pueblo. Pero además ofrece a Dios holocaustos y sacrificios, para agradar a Dios, ya que lo acostumbrado en el pacto antiguo. En el antiguo testamento estos actos eran beneficiosos para todos y su significado era “volverse a Dios”, en otras palabras ponerle en primer lugar y adorarle.