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Durante sus últimos años de vida el Rey David escribió lo que hoy conocemos como el salmo 103. Luego de haber enfrentado diferentes situaciones difíciles y enfermedades, en lugar de tomar la decisión de enojarse o quejarse, David decidió recordar todas las misericordias y bondades que Dios, el Padre eterno había tenido para con él.
La intención de David al escribir este salmo es motivarnos a que podamos aprender de él esta forma de actuar, aplicarla en nuestras vidas , mostrar nuestra gratitud a ese ser que nos a creado y nos bendice cada día.
Escudriñemos este salmo con mucho detalle y aprendamos como debe ser nuestra alabanza y gratitud a nuestro Padre Celestial.
Para empezar veamos como esta escrito y que nos dice el salmo:
SALMO 103
1 Bendice, alma mía, a Jehová,
y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, a Jehová,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 Él es quien aperdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus dolencias,
4 el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de compasión y tiernas misericordias,
5 el que colma de bien tus anhelos,
de modo que tu juventud se renueve como el águila.
6 Jehová es el que hace justicia
y juicios a todos los oprimidos.
7 Sus caminos dio a conocer a Moisés,
y a los hijos de Israel, sus obras.
8 Misericordioso y clemente es Jehová,
lento para la ira y grande en misericordia.
9 No contenderá para siempre,
ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestros pecados,
ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
así es de grandiosa su misericordia sobre los que le temen.
12 Tan lejos como está el oriente del occidente,
así hizo alejar de nosotros nuestras transgresiones.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
se compadece Jehová de los que le temen,
14 porque él conoce nuestra condición;
se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días;
florece como la flor del campo,
16 que pasa el viento por ella, y perece,
y su lugar no la conoce más.
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad
sobre los que le temen,
y su justicia sobre los hijos de los hijos,
18 sobre los que guardan su convenio
y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 Jehová estableció en los cielos su trono,
y su reino domina sobre todos.
20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
ministros suyos, que hacéis su voluntad.
22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová.
Puedes observar que el Salmo comienza con dos versículos muy poderosos. Lo primero que David nos quiere transmitir es que no alabemos a nuestro Padre Celestial solo con nuestra boca, o en otras palabras de los labios hacia afuera. Sino que mas bien tanto nuestro cuerpo como nuestro espíritu, es decir , nuestra alma en su plenitud debe entregarse por completo en alabanza a Dios. David nos dice a gritos que la verdadera alabanza surge desde lo mas profundo de nuestro ser y aviva nuestro espíritu , nuestro cuerpo y nuestra mente.
Cuando alabamos a Dios de una manera sincera y profunda deseamos convertirnos a él, ser como él es y asi moldear nuestra vida. El desea y nos llama a que podamos ser santos (1 Pdero 1: 14-16).
La mayoría de las personas en el mundo tienden a olvidar rápidamente lo aprendido si no lo practican con frecuencia, y parece que más aún en los asuntos espirituales. Vivimos en un mundo súper acelerado lleno de tantas actividades y distracciones, que tendemos a olvidar de forma casi instantánea lo que nuestro padre celestial cada día y a cada momento hace o ha hecho por cada uno de nosotros; y sin pensarlo dos veces queremos y exigimos que se nos dé más y más sin tan solo detenernos por un momento cada día y agradecer por lo milagros recibidos en el transcurso de nuestra vida como lo es el solo hecho de despertar cada mañana y poder respirar.
Un ejemplo que podemos recordar, el cual se encuentra en el antiguo testamento en el libro de Éxodo, es cuando el pueblo de Israel es liberado de los egipcios. De forma increíble y milagrosa, cada día Dios intercedía por su pueblo de una forma tan visible que en el momento el pueblo israelita se sentía protegido, luego al pasar el tiempo brotaban nuevos conflictos y dificultades en su camino o entre ellos mismos y perdían su fe, olvidando todo lo que su Padre Eterno había hecho por ellos en circunstancias anteriores y de manera sucesiva perdían la confianza y no creían que Dios podía protegerles y darles el éxito y la victoria que necesitaban.
Olvidaron tan rápidamente que se quejaban y murmuraban queriendo tener la vida anterior cuando eran esclavos de los egipcios, porque no solo se habían olvidado de los grandes milagros vividos de forma tan visible, sino que también habían olvidado que habían sido esclavos torturados.
Leyéndolo así seguro pasa por nuestra mente que esa gente si era desagradecida, pero seguro que a nosotros nos ha pasado lo mismo en diferentes momentos. Es por esta misma razón que se nos invita de manera constante a leer las escrituras y de forma específica en esta ocasión el salmo 103 nos indica que debemos ser agradecidos y bendecir el nombre de Dios y podamos recordar todas esas cosas maravillosas que él ha hecho por cada uno de nosotros.
El autor del salmo proclama:
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.”
Podemos decir con certeza que son millones y tan abundantes las bendiciones que recibimos cada día y que Dios le ha concedido a su pueblo, que lo menos que podemos hacer en lo que nos queda de vida es bendecir su nombre y recordar todas esas cosas buenas que él nos ha concedido como un padre amoroso que siempre se acuerda de cada uno de nosotros..
¿En qué mejora Dios mi vida?
El Rey David del antiguo testamento en la biblia, nos proporciona una serie de beneficios y bendiciones que podemos obtener al servirle a Dios con integridad y buen propósito.
Primeramente Dios el único ser viviente y perfecto quien puede perdonar todos nuestros pecados y darnos un gozo profundo y eterno al sentir que somos nuevas criaturas. Él es el único que nos cura de todas nuestras enfermedades del alma, por medio de su hijo Jesucristo nos ha demostrado su infinito amor al enviarlo para salvarnos de la muerte eterna, como un padre bueno y amoroso siempre tiene misericordia de sus hijos, tardo en airarse, con una gran paciencia confiando cada día en nosotros dándonos la oportunidad de cambiar, ser mejores y progresar.
Algo importante de recordar que nos indica el autor del salmo dice así: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.” Es decir él esta dispuesto a protegernos y alejar el mal de nosotros siempre y cuando nos aferremos a él, le recordemos, y hagamos su voluntad al servirle.
El éxito está en la devoción y respeto que tengamos por Jehová. EL Salmista dice que Jehová se compadece de los que le temen.
El temor del cual se habla acá no es el miedo natural que sentimos como humanos, sino que se refiere a un verdadero amor, respeto y honor. Nuestro padre Celestial nos conoce de manera perfecta y por tal razón es que confía en nosotros porque conoce nuestro potencial y está dispuesto a perdonar nuestros errores teniendo misericordia de nosotros, bendiciendo a quienes le honran y cumplen los convenios que hacen con él, al guardar los mandamientos y poner en práctica en nuestro estilo de vida sus enseñanzas cada día para no olvidar jamás , tal como lo aprendemos en el salmo 103.
¿Por qué Dios merece nuestra alabanza?
Dios es el Rey de los cielos , de la tierra, del universo y todos los mundos creados, como dice el salmista , los angeles y ejércitos del cielo, todas sus creaciones incluyendonos a nosotros debe alabarle cada día y por siempre.
ya que nuestra mente es corta recordemos nuevamente:
20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
ministros suyos, que hacéis su voluntad.
22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová.
entonces lo menos que podemos hacer por todas las bondades y misericordias que el Padre ha tenido con nosotros, es alabarle y agradecerle con toda nuestra alma , mente y fuerzas. Hagámoslo y probemos sus ricas bendiciones al ser sus fieles discípulos.