¿Qué significa ser libre en Cristo?


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La libertad es uno de los derechos y deseos fundamentales del ser humano. En la condición de libertad radica el bienestar, ya que al disfrutarla se pueden ejercer los demás derechos, siempre y cuando es tengan presenten los deberes para así no perjudicar a los demás.

Cuando se lee la Biblia se encuentran pasajes que se refieren a la libertad, pero se refiere a la libertad espiritual o libertad en Cristo, que ha sido conferida por Dios al tomar la decisión de enviar a Jesús a la Tierra donde murió y resucitó con el único propósito de hacer a la humanidad libre del pecado. Esa es la verdadera libertad, cuando se acepta y se concientiza que Dios es quien dirige nuestras vidas y que por su voluntad no le está permitido al pecado llevar el control de las mismas.

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Al permitir que Jesucristo ejerza su poder libertario y sea el guía, llenándonos de su presencia, podemos enfrentarnos a los malos designios y sentir plena libertad espiritual, al dejar de ser esclavos del mal y vivir una vida llena de gracias que Dios nos otorga.

Beneficios de la libertad en Cristo

La libertad en Cristo permite llevar una vida llena del Espíritu Santo, donde Dios dirige todos los sentimientos, deseos, palabras y actitudes, concediendo la fortaleza de enfrentarse al enemigo malo y no caer ante el pecado.

Cuando se decide estar al servicio de Dios, la vida está dirigida por su justicia y esto hace que el resultado sea beneficioso lleno de virtudes que llevan al acercamiento a la vida eterna; mientras que cuando se está a merced del pecado se obtienen resultados vergonzosos que llevan a la muerte espiritual.

En Cristo se encuentra la totalidad libertad, la cual fue dada a los hombres tras el sacrificio de su pasión y crucifixión y esto sólo se logró por la gracia de Dios (Efesios 2: 8-9).

Es aceptado que después que una persona es transformada gracias a la potestad redentora de Dios y a su amor, el Espíritu Santo viene a habitar en su alma, proporcionándole la asistencia necesaria para perdurar firme en la obediencia a Dios, que se practica por amor y no por temor.

La libertad en Cristo siempre concede confianza y tranquilidad espiritual, lo cual redunda en un buen convivir con los semejantes, con lo que se honra y glorifica a Dios.

¿Cómo Cristo nos hace libres?

Donde conseguimos, posiblemente, las más adecuadas respuestas a esta interrogante es en el Evangelio de San Juan, donde aparecen diversas enseñanzas al respecto. Así, hace referencia en Juan 3:16, que es tan inmenso el amor de Dios que envió a su único Hijo a morir crucificado para salvar a quienes creen en Él. Jesús mismo, después de haber sido ultrajado, resucitó y se levantó contra todos los pecados, para que los creyentes en Él tengan la vida eterna (Juan 12: 32).

Otra manera que Jesús ha implementado para otorgar libertad espiritual es por medio de la verdad respecto a Dios, manifestando que al creer en Él se llegará a conocer la verdad, lo cual hará libre a quien así cree (Juan 8:32).

De lo anterior se deduce que nadie puede por sí mismo expiar o solventar sus pecados, para ello se requiere la ayuda y presencia de Dios. Por esa razón, Dios escogió a su propio Hijo para cumplir esa misión, quien estando exento de pecado, estaba capacitado para sacrificarse por los pecados de la humanidad, como ciertamente lo hizo, para liberarla de la esclavitud que origina el pecado y darle la libertad espiritual en Cristo.

Ser libres en Cristo

La magnificencia de Dios nos da el privilegio de decidir cómo vivir: hacerlo como personas libres a imagen y semejanza suya, o hacerlo como esclavos del pecado. Al decidir el primer camino, Dios provee la suficiente fuerza para no caer en tentaciones y para reconocer que se vencedor ante el mal. Al tener como objetivo de vida el amor a Dios permitiendo que todo suceda según su voluntad, disminuye en el ser humano la tendencia a dedicarse a los placeres y se incrementa el deseo de servirle a Dios.

Aun cuando toda ley conlleva a un castigo tras ser trasgredida, la ley divina es tan bondadosa que con la crucifixión y muerte de Jesús, libera a los hombres de la condenación eterna. Independientemente de la gravedad de los errores cometidos, si de verdad la persona se arrepiente de sus acciones equivocadas, Dios le concede total perdón y le ofrece el inicio de una nueva vida en Cristo, con el ofrecimiento de una vida eterna a su lado y una vida terrenal con un nuevo rumbo dirigida por la presencia del Espíritu Santo en el alma renacida.

Cristo otorga plena libertad y al permitir que entre en cada alma, corazón y cuerpo, se termina de ser esclavo del pecado y se comienza a ser libre espiritualmente, con un estilo de vida acorde a los designios de Dios y venciendo cualquier tentación que tienda a la separación de Él.

¿Para qué sirve la libertad en Cristo?

La libertad en Cristo provee una sensación de plenitud, de gracia y bienestar espiritual indescriptible, porque es la verdadera y única libertad existente, que permite a la vez, ser libres en variados aspectos.

Lo más inmediato es que a través de la libertad en Cristo, se puede decidir el no cometer faltas o pecados que están contra la voluntad de Dios, como lo expone Juan en 8: 31-36.

Sirve de manera efectiva para rechazar y resistir los vanos ofrecimientos que Satanás pueda plantear, sin tener que atender sus mentiras (Romanos 16: 20), manifestando por el contrario, en ese momento, lo glorificado de Dios.

De igual manera, confiere la libertad para cambiar la manera de conducirse de acuerdo a los talentos y capacidades de cada uno; si con el proceder personal se está produciendo algún daño, se tiene la libertar de revisarse y cambiar. También da la libertad de respeto a la conciencia de los demás, ya que no se debe pretender que el juicio de alguien dirija la conducta de los otros porque cada uno es libre de seguir su propia conciencia.

Permite tomar propias decisiones con libertad a sabiendas de ser responsables del resultado de las mismas, es lo que se conoce como libre albedrío.

Da libertad para hacer todo el bien que se desee, porque el pecado entorpece la capacidad de ayudar, al estar libre de pecado se puede actuar en beneficio del prójimo.

¿Cómo experimentar una verdadera libertad?

Llevando una vida sana orientada hacia el agradecimiento a Dios por todas las bondades y experiencias que Él ofrece a cada momento y por estar habitados por el Espíritu Santo; en esta condición se persevera en la obediencia a la Palabra de Dios. La libertad en Cristo da conciencia de haber pasado de la muerte espiritual a la vida en Cristo, lo que confiere más vitalidad a la existencia terrena y garantiza una vida eterna al lado de Jesucristo, que es la verdadera Libertad.

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