¿Qué es la Gracia de Dios o Gracia Divina?


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La Gracia es un don sobrenatural mediante el cual Dios nos hace partícipes de su vida trinitaria, es la cualidad que Dios entrega a los hombres como un obsequio, un regalo que transciende de lo sobre natural, es arbitrario pero a Dios le place entregar. Más allá de la salvación la gracia es el poder de hacer lo que con tus fuerzas sería imposible hacer, es la forma que usa Dios para dotar a los creyentes de talentos y capacidades que reflejan el poder de Dios, y no el poder de hombre. Es la esencia de Dios en un creyente, es lo magnifico, es lo extraordinario, es aquello que para el hombre es imposible, pero para Dios es posible, ese lugar donde eres revestido por un poder único.

gracia de Dios

¿Qué es la gracia?

Gracia es una palabra que denota belleza, bondad, encanto, reconocimiento, distingue el amor que el Señor manifiesta por todos los hombres. Tal amor culmina en el don que Dios hace de su propio Hijo Jesucristo, el cual se hace hombre para que los hombres lleguen a ser hijos de Dios y herederos de sus bienes, llamados a habitar en el Paraíso. Es la vida divina en nosotros, ofrecida por Dios dadivosamente, no se niega nunca a nuestras oraciones, y en la justa medida nos socorre en nuestras necesidades. Los hombres tienen solo el deber de acogerla.

San Agustín, quien experimento la soledad de quien está alejado de Dios, pronuncio estas famosas palabras:

«Mi corazón está inquieto, Señor, hasta que descanse en ti».

La gracia se divide en santificante y actual. La gracia santificante es un don permanente y sobrenatural, es decir, superior a las posibilidades de la naturaleza, que eleva y perfecciona nuestra alma haciendo que seamos hijos de Dios y herederos del cielo. La gracia actual es una intervención de Dios que mueve al alma hacia el bien sobrenatural.

Como se manifiesta la Gracia de Dios

La gracia es el imán que Dios entrega a una persona para que se convierta en un magneto, con el propósito de atraer la bendición de Dios a su vida, y tener favor a su alrededor, de todos las personas que se acerquen. Es la forma extraordinaria que Dios deposita en la vida de un creyente para llenarlo de poder, agrado, dominio, fe, y de condiciones bondadosas, se manifiesta en la forma en que Dios usa a los creyentes para llevar sanidad al enfermo, liberar al cautivo, echar fuera demonios. La gracia de Dios se manifiesta cuando tienes carisma, atraes la bendición de Dios y la impartes a tu alrededor. Cuando viene gracia a tu vida es un poder mayor, único y magnifico que Dios desata para que seas instrumento en el reino, y no te gloríes, sino que sea para él toda gloria.

Como obtener la gracia de Dios

La gracia no es algo que podamos ganar. Es más bien la muerte y resurrección de Jesucristo lo que hace que la gracia y la misericordia de Dios estén disponibles para nosotros. La gracia de Dios solo puede ser recibida por medio de la fe.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe. Y esto no es cosa tuya,  “es el don de Dios, no un resultado de las obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2: 8-9).

La  gracia de Dios tiene niveles, a los cuales solamente tienen acceso los que tienen mayor humildad.

El da mayor gracia: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.” (Santiago 4:6),  

este pasaje nos invita a  despojarnos de toda soberbia y orgullo para poder obtener la gracia de Dios.

La Gracia de Dios está en todo espacio

La Gracia de Dios siempre está disponible en cualquier lugar, espacio….

“Porque ha aparecido la gracia de Dios, que trae salvación para todas las personas, nos capacita para renunciar a la impiedad y las pasiones mundanas, y a vivir vidas auto controladas, rectas y piadosas en la era presente, esperando nuestra bendita esperanza, la aparición de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se entregó por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y para purificar por sí mismo a un pueblo por su propia posesión que es celoso de las buenas obras” (Tito 2: 11-14).

La misma gracia está disponible para ti y puede darte una vida maravillosa llena de fe y amor. Eso te convertirá en un instrumento de la gracia de Dios para los demás.

Debemos trabajar juntos, no abusar de la Gracia de Dios

No debemos abusar de la gracia de Dios,

“Trabajando juntos con Él, le pedimos que no reciba la gracia de Dios en vano” (2 Corintios 6: 1).

La gracia de Dios es un gran y maravilloso regalo que debe ser recibido con gratitud y servicio, debemos dejar atrás nuestros propios deseos egoístas y pecaminosos. Debemos vivir de acuerdo con una nueva regla de vida: por el Espíritu de Dios, que quiere morar en nosotros y enseñarnos amor, paz, humildad y bondad. No debemos resistir, apagar o entristecer al Espíritu de Dios (Isaías 63:10).

Confiar no solo en nuestra fortaleza, sino apoyarnos en El

No solo debemos confiar en nuestra fortaleza, en nuestra propia fuerza, sino que

“adoramos por el Espíritu de Dios y nos glorificamos en Cristo Jesús y no confiamos en la carne” (Filipenses 3: 3).

No tenemos razones para jactarnos de nuestra propia justicia, santidad y logros, porque la gracia de Dios está obrando en nosotros. Eso nos hace gente nueva. Cuanto más confiamos en Dios, más su gracia se desborda en nosotros:

“Él da gracia a los humildes” (Santiago 4: 6).

Entregarnos completamente a su Espíritu

Una condición para recibir y experimentar plenamente la gracia de Dios,  es nuestra entrega completa a él, todos tus pensamientos, acciones y sentimientos tendrán que dar paso a su Espíritu, al hacerlo intercambias tu antigua vida por el modo de vida de Dios. Cuando entramos en una relación personal con Jesucristo, su gracia se manifestará de varias maneras.

“Si alguien está en Cristo, la nueva creación ha llegado: ¡Lo viejo se ha ido, lo nuevo está aquí!” (2 Corintios 5:17).

De esta manera,  dejamos atrás todo mal pensamiento y obras, y el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio.

A continuación citaremos algunos versículos relacionados con la Gracia de Dios y su poder divino:

“No se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello. Escríbelas en las tablas de tu corazón, y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres” (Pr 3:3-4).

“Por esto, proviene de la fe a fin de que sea según la gracia, para que la promesa sea firme para toda su descendencia. No para el que es solamente de la ley sino también para el que es de la fe de Abraham, quien es padre de todos nosotros” (Romanos 4:16).

“La ley entró para agrandar la ofensa, pero en cuanto se agrandó el pecado sobreabundó la gracia, para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor”. ( Romanos 5:20-21).

Y me ha dicho:

“Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.

Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo (2 Corintios 12:9).

La Gracia es un regalo de Dios para todo aquel que cree en Jesucristo. Por lo tanto, al igual que la Fe, solo mediante ella seremos salvos.

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