Los versiculos de gratitud más poderosos que encontrarás en la Biblia


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«La gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás»

Cicerón

La gratitud es uno de los sentimientos mas nobles que podemos tener como personas y como creyentes y se demuestra cuando se ha recibido un bien material o espiritual. Es a través de la gratitud que reconocemos al otro, que demostramos nuestra lealtad, fidelidad y amistad permitiendo construir el amor y la solidaridad con nuestros semejantes; entonces demostrar gratitud a Dios Celestial nos hace crecer en la fe, nos da fortaleza en el Padre y permite que recibamos mas dones y amor de nuestro Señor.

Los versiculos de gratitud más poderosos que encontrarás en la Biblia 1

Demostrar gratitud y dar gracias por todo lo que somos es una demostración de amor y humildad hacia nuestro Padre Celestial pues ha sido El, creador de todo lo que conocemos, quien en su infinita misericordia nos ha dado la vida  y todos los dones materiales o espirituales que poseemos.

Al mirar a nuestro alrededor y ver la luz, despertarnos cada mañana y ver a nuestros padres, nuestros hijos y amigos; poder caminar, comer y respirar son cosas pequeñas pero que conforman el vivir día a día y tener salud; por cada cosa de esas deberíamos dar gracias y transitar en la vida con amor y paz. Es a través de nuestro Padre que tenemos todo eso y mas, pero si en un momento nos falta algo o nos encontramos en una situación difícil debemos recordar nuestras bendiciones y confiar que Dios a través de su Hijo Jesucristo nos quiere y nos protege y es allí donde siempre debemos dar gracias y mostrar nuestra gratitud por la vida y por las enseñanzas que enfrentamos en nuestras vidas.

Dios en su infinita misericordia nos enseña a través de la Biblia como expresar nuestra gratitud y que hacer. La Palabra de Dios nos revela el amor que tiene nuestro Padre Santísimo por sus hijos y a través de ella nos da hermosas lecciones y nos muestra como vivir en la fe y el amor así como el ser agradecidos y demostrarlo en todo momento. En las sagradas escrituras encontramos muchos versículos que nos pueden inspirar para vivir en la plenitud y agradecer a nuestro Padre y Señor y poder vivir siendo agradecidos con El y nuestros semejantes.

Versículo 1

Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.”

1 Tesalonicenses 5:16-18

Creer y confiar en nuestro señor Jesucristo nos permite vivir en la alegría y el gozo de sabernos hijos de Dios, de conocer su voluntad y a través de la oración comunicarnos con El y ser agradecidos con todas las bondades y dones que nos ha dado. A través de la oración nos comunicamos con Dios y lo escuchamos; podemos saber su voluntad y nos regocijamos en su Espíritu; agradecemos lo que somos y lo que tenemos y podemos pedir por nuestros hermanos pero sobre todo podemos dar gracias  por permitirnos conocerlo y que entre en nuestra vida para gozo y cercanía de nosotros por su gloria y grandeza.

Versículo 2

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”

Filipenses 4:6-7

Como hijos de Dios podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial a través del poder de la oración. Cuando oramos y agradecemos, en cualquier circunstancia de nuestras vidas entramos en comunión con Nuestro Padre y le entregamos todas nuestras preocupaciones y El con su poder divino e infinito amor nos ayudara a transformarlas y aliviara nuestras cargas; por eso como nos señala el versículo no debemos afanarnos por nada pues Jesús, Nuestro Señor esta con nosotros y solo El tiene el poder para cambiarlas y darnos lo mejor en cada momento.

Bajo distintas circunstancias de la vida, en las buenas y en las malas Dios nuestro señor nos cuida y es a través de esta seguridad que encontramos en nuestro corazón la fe y la confianza que El siempre nos protege. Cuando oramos y creemos en el poder de Dios y le agradecemos y no solo nos sumergimos en nuestros problemas o en nosotros solamente, nuestra visión y pensamientos cambian y su paz nos ayuda para ver las circunstancias de una forma diferente y con una perspectiva divina.

Cuando los momentos difíciles pasan nos damos cuenta que Dios siempre estuvo con nosotros y que aun sin entender estas circunstancia dolorosas Dios nos cuido y es en esos momentos donde crecemos como personas y podemos sentir la gracia y bondad de Cristo.

Versículo 3

¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

1 Corintios 15:57

Dios Padre nos envió a su único Hijo Jesucristo para redimir nuestras culpas  y darnos la vida eterna, con su vida, sus milagros, su ejemplo, su muerte y resurrección Jesucristo perdono nuestros pecados y nos enseño el camino hacia la vida eterna. Gracias a su sacrificio somos salvo en Jesús nuestro Redentor y por esta victoria sobre la muerte los cristianos debemos demostrar nuestro eterno agradecimiento a través de la oración y seguir sus huellas con un corazón limpio, sincero y lleno de fe.

Toda nuestra fe como cristianos se sustenta en la certeza de que a través de redimir nuestros pecados , seguir a Jesús nuestro Salvador y confiar en  El resucitaremos y obtendremos la victoria de la vida eterna al lado del Padre Celestial.

Versículo 4

¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!

1 Crónicas 16:34

El Señor es nuestro padre y su amor y misericordia es infinita. Nuestra vida y todos los dones materiales y espirituales que tenemos son gracias dadas por el Padre y es por todo esto que agradecer a Dios es tan importante como verdaderos creyentes. Alabar a Dios a través de la oración, del canto, de seguir sus mandamientos y buscar la perfección de nuestras vidas son acciones que permiten acercarnos a Dios y mantenernos en comunión con El a lo largo de nuestra existencia. Dar las gracias por todo lo que Dios nos prodiga es necesario para estar en comunicación permanente con El y vivir en su eterna gracia. Aceptar a Dios nos permite transformarnos cada día para alcanzar la gracia y convertirnos  a su imagen.

Versículo 5

“Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas”

Salmos 9:1

El amor del Padre, su compasión y toda su gloria son presentes que podemos compartir con Nuestro Señor. Todo la creación, el universo, la Tierra y todo lo que en ella se encuentra son creación de Nuestro Padre Celestial, es por todo esto que debemos cada día de nuestras vidas agradecerle y alabarlo pues el ha realizado cosa hermosas y maravillosas para nosotros sus hijos.

No debemos cansarnos de enaltecer y cuidar la gran obra de la vida pues toda ella fue hecha por Dios. Cada día que amanece somos testigos del milagro de un nuevo día, de la luz que hace crecer las plantas, de los animales que nos acompañan, de todas las cosas hermosas que nos rodean y dan muestra de la perfección de la Creación Divina. Alabar y cantar las maravillas del Seno es agradecer por la vida y por cada uno de nuestros hermanos, de nuestras familias.

Versículo 6

“Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.”

Colosenses 3:15

Jesucristo nuestro Señor, vino a este mundo y se hizo hombre para salvarnos del pecado y de la muerte eterna. El como hijo del Padre, nos enseno que la paz y el amor son el camino para la vida eterna y que a través de El podemos llegar al Padre Celestial. Quien permite que Jesús more en su corazón conseguirá la paz interior y la alegría de vivir y de servir a los demás. Cristo a través de la pasión, muerte y resurrección nos enseno que todos somos hermanos y que todos somos, si creemos y confiamos en El,  un solo cuerpo.

Todo esto lo hizo a través de la instauración de la comunión donde podemos tomar su cuerpo y su sangre y alcanzar el perdón de nuestros pecados. Pero sin fe, sin oración y sin obras, Jesucristo no puede habitar en nuestros corazones. Debemos creer en El y agradecer en todo momento su amor, sus enseñanzas y entrega por nosotros. El vino para darnos la paz y dejarla entre nosotros.

Versículo 7

“Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento”

Colosenses 4:2

La oración es la manera como nos  comunicamos con nuestro Señor y por medio de ella podemos agradecer por todas las bendiciones que nuestro Eterno Padre nos ha dado. Es  con la oración donde podemos comunicarnos con nuestro Dios y agradecer por la vida, la salud, la familia, los hijos; pero también por medio de ella darle gracias al Señor por habernos dado fortaleza y sabiduría en tiempos difíciles, así como demostrar nuestro agradecimiento por habernos concedido una gracia o una petición.

Los creyentes necesitamos elevar nuestro corazón y nuestra mente para perseverar en la oración; agradecer todos los días y en los momentos propicios a Dios por la vida y por todo lo que somos capaces de hacer o de emprender. Dios en su infinita misericordia nos escucha pero también nos habla y nos puede revelar sus planes y deseos para nosotros a través de la oración verdadera y sincera.

Con la oración renovamos nuestra fe y permitimos que Dios nuestro Senor habite en nuestro corazón y guie nuestro pasos, de allí la importancia de orar y de agradecer a nuestro Padre sus infinito amor y misericordia por sus hijos.

Versículo 8

“Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.”

2 Corintios 9:11

Dios nos pide ser generosos con nuestros hermanos y nos segura que nunca nos faltara si damos con alegría y con entusiasmo. Todo lo que hagamos y ofrezcamos a nuestro prójimo tenemos que hacerlo con un corazón generoso y bondadoso, donde nuestra ayuda permita que la palabra y obra del Señor llegue y sea conocida. Cuando somos generosos podemos proclamar las obras del Señor y demostrar que su guía nos llena de alegría y de luz, al hacer esto llevamos gozo, fe y esperanza a quien recibe nuestros presentes y a través de ello alabamos al Señor nuestro Dios, recibiendo su alimento espiritual para ayudar a los demás y dar testimonio de nuestra propia fe y esperanza.

Versículo 9

“Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.”

Colosenses 3:16

Para los cristianos que han recibido el bautismo todos somos hermanos en Cristo y a través de El formamos una comunidad o Iglesia donde debemos cuidarnos los unos a los otros. Es muy importante que reconozcamos en el otro a nuestro hermano y que con el amor y la misericordia que Dios nos ha ensenado compartamos alegrías y tristezas, abundancia y escasez.

Jesucristo vino al mundo para ensenarnos el amor verdadero entre los hombres sin distinción de ningún tipo y nos pidió que” nos amemos los unos a los otros como El nos ama”; de allí que es importante reconocer en el otro al hermano, al amigo y ayudarlo en todo momento ensenando la palabra y ayudando en lo material y en lo espiritual, agradeciendo con humildad todo lo que Dios proviene.

Cuando estamos en comunión con Dios y cuando entendemos que el otro es nuestro hermano podemos al reunirnos como familia, como Iglesia alabar al Señor: cantar con alegría, celebrar con oraciones  e himnos la gloria de nuestro Señor y permitir que el amor entre en nuestros corazones para conseguir la paz y la fe que tenemos en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo

Versículo  10

“Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.”

  Colosenses 3:17

Los cristianos con verdadera fe y fortaleza en Jesucristo ayudamos a nuestros hermanos y lo hacemos con agradecimiento para honrar y agradar a Dios. Los cristianos representamos ante el otro a Jesús mismo y por eso nuestras acciones deben ser sinceras, llenas de amor y bondad para glorificar el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Reconocer a Dios Padre es un acto de humildad y gratitud, y esto lo podemos hacer  siguiendo a Jesucristo que nos dijo que a través de El llegaríamos al Padre. Todas nuestras acciones, todo nuestro devenir diario se hace mas liviano cuando ponemos en Jesús todas nuestras cargas. La presencia de Dios en nuestro corazón permite que la vida transcurra con regocijo y humildad aun en los momentos de dificultades. Dios siempre esta esperando ayudarnos y debemos estar en constante comunicación con El para que nuestra vida se llene de bendiciones y abunde la fe, la misericordia y la esperanza.

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